Retirá todos los sahumerios de la caja, sacá el que vas a utilizar y volvé a guardarlos, de esta manera no pierden resinas y hierbas al rozarse y se conservan mejor en su caja original.
Con un fósforo encendé la punta del sahumerio, si ves una llama (a veces no la hace) movelo para que se apague y aca tenés varias opciones, podés recorrer tus espacios con el humo e ir intencionando y agradeciendo o directamente colocarlo en el portasahumerios y disfrutar de su aroma y propiedades.